El clásico juego de tateti en una de las originales versiones. En esta versión, las tradicionales fichas han sido cambiadas por combinaciones de ratoncitos y quesos, todos pintados a mano.
Estas divertidas adaptaciones permiten utilizar el juguete para pasar un rato ameno o para decorar una habitación infantil o adolescente. Además los pequeños pueden emplear las piezas por separado, realizando dramatizaciones con ellas o creando nuevos juegos relacionados con lo que ellas representan.
Generalmente es elegido como uno de los primeros juegos de mesa de los pequeños por resultar entretenido y contar con reglas simples.